jueves, 5 de septiembre de 2024

Del cielo

Pensaba que eras del cielo, me caíste como un ángel.
Ahora pensándolo bien, estoy segura de que no eres de ninguna parte, nunca fuiste para mí. Siempre fuiste parte de mí y entiendo cuán imposible es amar algo que está dentro de ti porque no lo ves.
Te di un fragmento de mí, te lo llevaste y ahora solo quiero buscarte en las noches cuando menos estás. Te vi llegar con esa mirada ofendida y triste. Fue imposible no tenerte en mi radar. Me sentía tan frágil que nunca creí tenerte, el universo nunca nos quiso porque nunca coincidimos. Parecía que nos odiaban al estar cerca.
Es tan placentero cerrar mis ojos y, al escribir de ti, sentir cómo mi mano recuerda ese palpar de tus hombros, levantándome un poco hasta poder saludarte y oler tu cuello sin querer desprenderme de tu pecho. Me reconforta recordar esa mañana tan simple donde solo veías cómo peinaba mi cabello y delineaba mis ojos, me diste ese amor que me faltaba, no recordaba cuán nerviosa me ponías. Y verte a través del espejo, estallar al rayo del sol, a tu sudor, verte ir fue lo más difícil después de tocar mis piernas y preguntarme qué más quería.
Pude decirte que quería estar contigo toda la vida y desperdicié mi respuesta con una sola mirada. Debimos escapar desde siempre a un campo verde con animales y una vida de película, para seguir escribiendo pero contigo.



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